Las gratitudes - Delphine de Vigan

¿Os habéis preguntado alguna vez cuántas veces en la vida habéis dado realmente las gracias? Unas gracias sinceras. La expresión de vuestra gratitud, de vuestro agradecimiento, de vuestra deuda.

Sucedió de golpe. De un día para otro.

No digo que no hubiera indicios. En ocasiones Michka se detenía en mitad del salón, desorientada, como si ya no supiera por dónde tirar, como si hubiera olvidado de pronto aquel ritual tan repetido. Otras veces se detenía en mitad de una frase, tropezando literalmente con algo invisible. Buscaba una palabra y encontraba otra. O no encontraba nada, tan solo el vacío, una trampa que debía sortear.

Durante unos instantes, Michka permanece sumida en sus reflexiones.

–Debería estar prohibido envejecer. Pero, bueno, ya que estás aquí, aprovecho para decirte algo: me gustaría que me abreviaran.

–¿Cómo?

–Para mi falaral. Una abreviación..., unos canapés y se acabó. Como la señora Crespin, parece que estuvo muy bien la cosa.

–¿Quieres decir una incineración?

–Eso es. Pero que sean de sermón los canapés, no de paté.

–¿De salmón? Bueno, vale, me lo apunto, pero no corre prisa, supongo, no es algo inminente.

Delphine de Vigan fusiona la dulzura, la ironía y la ternura con tanta maestría, que puso mis emociones al límite.

¡Qué personajes tan maravillosos e inolvidables!

Empaticé con Marie y Jérôme como si los conociera de toda la vida y me conmovió profundamente su comportamiento, sus emociones y su cariño por la dulce Michka.

Pero Michka me robó el corazón, la amé desde el primer momento, ¡qué ganas de abrazarla fuerte!

Su firmeza en perseguir su gran anhelo es el espejo de ese apego al círculo de la vida que debe cumplirse y resolverse de la única manera posible: no dejando nada sin decir. 

Las gratitudes nos enseña la importancia de un "GRACIAS".

Una palabra que muchas veces nos reservamos y que, en cambio, debemos expresar a diario y a cada rato.

Siete letras sencillas que marcan la diferencia cuando nos tomamos el tiempo de decirlas. 

Una novela con un mensaje universal, reflexivo y conmovedor, una lectura perfecta para esta temporada del año, época de reflexiones, agradecimientos y esperanzas.

La gratitud nos hace grandes, generosos, amigos, cercanos. Nos abre a un universo lleno de posibilidades, empieza siendo una palabra, pero fácilmente se convierte en hechos, en hábitos estables de vida, es un beso, un abrazo, un te quiero...

Se acerca el fin de año, solo faltan pocas horas, otro ciclo se cierra, momento propicio para agradecer a todos y cada uno de ustedes.

A ti que me lees y me sigues, muchísimas gracias por estar aquí, cerca de mí, y hacerme sentir parte integrante de esta gran familia literaria.

Y a ti, amiga del alma, hermana de corazón, un gracias en el idioma de Michka:

–Oh..., gracias. Gracias de merdad.

Gracias por estar a mi lado, entenderme y apoyarme siempre.

Gracias por ser tan Especial y llenar mi corazón de alegría.

Valoración

5/5  

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Una delicada y hermosa historia de gratitud.