Precioso veneno - Mary Webb

Novela de la autora Mary Webb

Una dramática y a menudo oscura historia de ambición y amor contada a través de maravillosos y polifacéticos personajes. 

Sinopsis oficial
En los tiempos de las guerras napoleónicas, la joven Prudence Sarn, rechazada por sus supersticiosos vecinos debido a su labio leporino, halla refugio en la cautivadora naturaleza de Shropshire. En la soledad de la campiña, las lagunas y los bosques de la región, la consume el anhelo de ser amada, pero su maldición hace imposible cualquier esperanza. Solo puede confiar en su hermano, Gideon, cuya avaricia provoca la ira del temible brujo Beguildy y desata terribles consecuencias.

Ficha técnica del libro leído
Título: Precioso veneno
Autor (es): Mary Webb
Editorial: TROTALIBRO EDITORIAL
Fecha publicación: 9/2023
Formato: eBook
Páginas: 360

Acerca de la autora
Autora de Precioso veneno
Mary Gladys Webb
nació en 1881 en Leighton, un pueblo de Shropshire, en Reino Unido. Su madre era descendiente de Walter Scott y su padre, que era profesor, le infundió su amor por la literatura y la naturaleza. Muy observadora de las gentes, los animales y los paisajes de Shropshire, se hizo vegetariana a una edad muy temprana. Empezó a escribir cuando tenía diez años, pero siempre acababa quemando todos sus poemas. Sin embargo, una vez su hermanó leyó uno que había escrito sobre un accidente ferroviario que había tenido lugar en Shrewsbury y, sin decirle nada, lo llevó al Shrewsbury Chronicle, que lo publicó anónimamente. Mary quedó asombrada ante la buena acogida que tuvo. En 1912 se casó con Henry Webb, un profesor, y en 1916 publicó su primera novela, The Golden Arrow, a la que seguiría Gone to Earth en 1917. Ninguna tuvo éxito y Webb empezó a pedir anticipos y préstamos a su editor. Sin embargo, enseguida volvía a quedarse sin dinero, debido, sobre todo, a su generosidad hacia la gente más desfavorecida. En 1921 el matrimonio se mudó a Londres con la esperanza de alcanzar algún reconocimiento literario, pero solo lo obtuvo de unos pocos escritores como Rebecca West o Arnold Bennett, mientras que los lectores se resistían a interesarse por su obra. Desde los veinte años Mary Webb había desarrollado la enfermedad de Graves-Basedow, y ese sufrimiento, así como su añoranza de Shropshire, le servirían de inspiración para Precioso veneno (1924). A pesar de ganar el Prix Femina Vie Heureuse con esta novela, no alcanzó el éxito hasta después de su temprana muerte en 1927, cuando el primer ministro Stanley Baldwin se refirió a ella como «un genio olvidado».

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Fuente: trotalibro.com
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Mis impresiones
Una autora prácticamente desconocida y una novela estupenda, todo un clásico de la literatura que llegó a mi lista de libros por leer, gracias a Rosa del blog Cuéntame una historia, cuyas increíbles reseñas nunca me pierdo.
Puedes leer sus impresiones haciendo clic AQUÍ, y no te arrepentirás.

Una historia hermosa y conmovedora que he tenido el placer de leer con mi querida amiga Marian del blog MarianLEEmásLIBROS, como lectura conjunta de nuestro Club de lectura MavaMar
Te sugiero leer AQUÍ su reseña, estoy segura de que te va a encantar.

Ambientada en los bucólicos valles de Shropshire de principios del siglo XIX, en una época en la que las comunidades de la Inglaterra rural vivían inmersas en el folclore, el fanatismo religioso y la superstición, Precioso veneno cuenta la historia de Prudence Sarn y de su familia.

Estoy sentada junto al fuego con una Biblia al alcance de la mano, soy una mujer mayor y cansada que tiene que cumplir una tarea antes de dar las buenas noches a este mundo.

Mary Webb nos obsequia una novela fascinante, narrada en primera persona por la propia protagonista.
Prue, echando la vista atrás, recuerda cuando era una jovencita de alma vibrante y labio leporino, culpa, según la tradición, de una liebre que cruzó la calle delante de su madre que estaba embarazada. Una chica dulce, leal, bondadosa, trabajadora y sedienta de vida, a quien el destino, o más bien la mezquindad humana, asignó una carga difícil de soportar.
En el Shropshire de esa época, nacer con algún defecto físico, significaba llevar el signo inequívoco de la maldición y convertirse en objeto de burlas y chismes del pueblo.

Y es que la autora nació y vivió en esas tierras donde la vida estaba marcada por el ritmo de las estaciones; donde la salvación de un alma dependía del sacrificio de los "devoradores de pecados" dispuestos a asumir todas las culpas del difunto; donde el arraigado sentimiento religioso, empañado por la ignorancia, se confundía peligrosamente con las más oscuras supersticiones, convirtiendo a desventurados inocentes en chivos expiatorios de toda una comunidad.
Así ella, que en vida sufrió un trastorno de tiroides, da voz a Prue, que sufre de labio leporino.

Pero yo estaba tan sola y tenía tanto tiempo para pensar, y además aprendiendo a leer, que toda clase de pensamientos crecían en mi mente, al igual que los juncos en flor y los nomeolvides brotan en un pobre lugar pantanoso que, de otro modo, no habría tenido nada.

Consciente de ser diferente, Prue soporta las miradas de los que la rodean, se refugia en sus amados libros y se traga las lágrimas, pero no se resigna a renunciar a sus sueños.
Hija amorosa de una madre débil y supersticiosa y hermana cariñosa de un chico codicioso y egoísta, sobrelleva con paciencia que su familia le recuerde constantemente su desgracia, o que aquellos por quienes tanto hace no pierdan la oportunidad de corresponderle con indiferencia. Gracias a su inmensa sensibilidad y a su innata fuerza interior, ve el mundo que la rodea con una inocencia casi infantil, y lucha y confía en un futuro mejor.

No tiene grandes ambiciones, a menudo tiende a inclinar la cabeza ante el despotismo de su hermano, lo único que desea es lo que aspiran la mayoría de las chicas de su época, una vida tranquila, una casa cómoda, un marido que la ame y niños que pueda tener en sus brazos.

Corrí junto al agua, sintiéndome ligera y cómoda con mis mejores sandalias, pensando en cómo trabajaría para conseguir las cosas que me harían tan hermosa como un hada, y en que al cabo de un tiempo encontraría un amor, pondrían hachones en la iglesia y un poco después me sentaría en mi propia casa con el pie en un balancín de la cuna y una criatura en las rodillas, espléndida y solemne, mejor que todas las muñecas francesas de cera de las que hablaban, que nunca había visto, pero que deseaba con todas mis fuerzas.

Cultivo de trigo

Prue vive con sus padres y su hermano Gideon, dos años mayor que ella, en una granja cerca de la laguna Sarn, la familia es pobre pero con el trabajo en el campo y la venta de los productos de la tierra logran salir adelante.
Tras la muerte del padre, la noche del entierro, Gideon se convierte en su devorador de pecados y a cambio le pide a su madre que le entregue la granja y todos los demás bienes.
Como nuevo amo, se vuelve un trabajador incansable, esclavo de sus propias ambiciones, incapaz de cualquier sentimiento que no esté dictado por el puro interés material. 
Gideon cree firmemente que Prue nunca se casará, así consigue que ella acepte trabajar duro en la granja hasta que la familia ascienda a un nuevo nivel social y tenga una hermosa casa en la ciudad, además aprenderá a leer, escribir y también matemáticas, para poder administrar el negocio familiar, a cambio le promete parte de las ganancias que obtengan para que se trate su labio leporino.

Y mientras escuchaba el sonido adormecido de los gritos de las cornejas y el aleteo que hacían cuando se posaban, pensé que este era un mundo muy raro, en el que enterrabas a tu padre por la noche y al amanecer te ponías a pensar en desayunos, casas y oro; en el que tenías que cargar con una maldición toda la vida porque una pobre liebre había mirado a tu madre antes de que nacieras; en el que un hijo, al comer el pan y beber el vino que había hecho su madre, cargaba sobre su pobre alma con todos los pecados de su padre.

Y así, la obsesión por el dinero será la única razón de vida de Gideon, el precioso veneno que envenenará su existencia y la de su familia, el mal que corroerá su alma...

Siempre había sido un hombre fuerte, que es casi lo mismo que decir que era un hombre con poco tiempo para ser amable. Porque si te paras a ser amable tienes que desviarte de tu camino. Por eso cuando me hablan de un gran hombre cualquiera, pienso para mí: «¿A quién le escatimó la alegría por su gloria? ¿A cuántos ancianos y niños arrollaron las ruedas de su carruaje? ¿A qué novia le faltó su canto y a qué difunto le faltaron sus lágrimas mientras él dedicaba todo su tiempo a subir tan alto?».

La bondad, esa cualidad que define al ser humano de ser afable, amable, cordial y generoso con las personas que quiere, lamentablemente no parece ser valorada por los ambiciosos de poder y estatus que, la mayoría de las veces, solo saben aprovecharse de ella a su favor cuando la encuentran en las personas que le rodean.
En Prue y Gideon encontramos, entonces, la representación de lo mejor y lo peor de la naturaleza humana.

Muchas son las figuras que aparecen entre las páginas de Precioso veneno, solo nombraré algunas, las más significativas.

Los Beguildy vivían junto a la laguna de Plash, y en su casa, que era en parte cueva y en parte casa de piedra, aprendí a leer libros.

No es que Beguildy fuera malo, pero carecía por completo de bondad, como si todo el bien hubiese quedado reducido a cenizas por el fuego de un pensamiento ardiente que quería entender y entrometerse en los misterios. En cuanto al amor, no conocía el significado de esa palabra. Era capaz de leer las estrellas y adivinar el futuro, y afirmaba que podía comunicarse con los espíritus.

El señor Beguildy, el brujo del pueblo, con quien la familia Sarn tiene una disputa de larga data, un hombre sin escrúpulos siempre dispuesto a ofrecer su hija al mejor postor; su vieja esposa, la señora Beguildy, un alma bondadosa, pero muy mal vista por ser la esposa de un hechicero; y su hermosa hija, Jancis, novia de Gideon, dos años mayor que Prue, pero no tan alta como ella.

Jancis era menuda, no era alta como yo, pero siempre se la veía antes que a nadie porque parecía atrapar la luz. Tenía el pelo dorado y todas las sombras de su rostro parecían reflejar ese color. Siempre me parecía que era como un nenúfar blanco lleno de polen o de miel amarilla. Tenía la piel muy blanca, de un tono cremoso, sin ningún color a menos que estuviera animada o tímida, y en su cara redonda se marcaban unos hoyuelos. La boca era roja y, cuando sonreía, los hoyuelos se le juntaban. Algunas veces me entraban ganas de estrangularla por esa sonrisa.

Y en la Fiesta del hilado de Jancis Beguildy, Prue ve por primera vez a Kester Woodseaves, el tejedor itinerante, y se enamora perdidamente.

¿Qué aspecto tenía? ¿Cómo era? ¿Era guapo? Es difícil decirlo. El amor no sabe de bellezas, apariencias ni rasgos. Cuando no eres más que una polilla a sus ojos, qué vas a saber de su estatura o de si es moreno o rubio.[…] No sería capaz de decir qué aspecto tenía cuando apareció y se plantó en la puerta, pero sí podría contar cuál fue la reacción de las mujeres al verlo. […] Me eché hacia atrás, en mi rincón, y me sentí desfallecer: ahí estaba mi amor y mi señor, y yo tenía un labio leporino.

Un hombre bueno que defiende a los animales, a las personas en dificultades y se rebela contra la injusticia y las supersticiones. Prue lo adora desde lejos, temiendo que su apariencia lo asuste, pero un día le salva la vida y poco a poco su relación comienza a cambiar. 

Cabe destacar que además, la naturaleza, con sus cuatro elementos básicos, tierra, agua, aire y fuego, juega un papel fundamental en el desarrollo de la trama. 

Colinas de Shropshire

La prosa de Mary Webb es poética, delicada, vibrante e intensa. 
Infinitas pinceladas y matices de colores dan vida a esa extensa pintura de colinas ondulantes y terrenos abruptos que contrastan con las granjas cultivadas de los valles circundantes.
El encanto atemporal del paisaje natural, el soplo del viento, el aroma de las flores, el lenguaje secreto de las libélulas, la risa alegre del pájaro carpintero, se combinan con las emociones más íntimas del ser humano. 
Su sensibilidad y capacidad para describir la naturaleza y los sentimientos, poco tiene que envidiar a los grandes nombres de la literatura de todos los tiempos.

En un junco alto cerca de la orilla encontré una libélula que empezaba a desprenderse de la piel que la envolvía y me acerqué, conteniendo la respiración, para ver el milagro. La piel que cubría sus ojos resplandecientes y llameantes era tan fina como el cristal, y estos brillaban como lámparas de colores. Al poco, la vieja piel se partió y sacó la cabeza. Entonces empezaron los escalofríos y los trabajos para liberarse, primero las patas, luego la parte superior del tronco y las suaves alas arrugadas. Era como una criatura poseída que, algunas veces, parecía víctima de un ataque y otras estaba rígida como un cadáver. Justo antes del final, se quedó quieta mucho rato, como si se preguntara si se atrevería a liberarse del todo de la piel vieja y vivir en un mundo completamente nuevo. Luego dio una gran sacudida, una especie de tirón, y salió. Trepó un poco por la espadaña, muy somnolienta y cansada, como un niño después de un largo día de feria, y se quedó dormida mientras empezaban a crecerle las alas.

Precioso veneno, una historia en la que realismo y leyenda parecen compenetrarse, un viaje a la campiña de las Midlands, a lugares y tradiciones centenarias. Una historia de vida rural en parte oscura y desgarradora, pero con un rayo de luz y esperanza puesta en las figuras de Prue y Kester.
¡Ojalá la autora le hubiera dedicado más trama a estas dos almas afines!

Una novela preciosa, ¡no dejes de leerla!


Valoración
4/5  
☕☕☕☕
Un cofre de cuentos, historias, leyendas y recuerdos.


Los Libros de Mava


 

CONVERSATION

3 comentarios:

  1. Hola, Mava.
    Vengo de leer la reseña de Marian y la verdad es que coincide prácticamente en todo contigo. Ya le había echado el ojo también con la reseña de Rosa y me la llevo sin pensar. Me preocupaba que fuera demasiado oscura y dura y pasarme todo el libro sufriendo pero veo que hay un equilibrio y también tiene su magia y luz.
    Qué curioso que dos editoriales hayan coincidido con el mismo título en pcoo tiempo, imagino que son obras ya libres de derechos de autor. Menuda competencia pero hay sitio para todos.
    Solo espero que a Prue le vaya bien.
    Abrazo

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  2. Recuerdo la reseña de Rosa y también leeré la de Marian. Desde luego con este trío de reseñas dedicadas al libro la recomendación es para tomarla en serio. A veces impresiona como autoras desconocidas elevaron algunas de sus novelas a clásicos universales e incluso ganen actualidad con el paso del tiempo. Realismo, leyenda, vida rural, personajes peculiares...no podemos pedir más para aquellos que aún no hemos leído el libro.
    Abrazos, Mava.

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  3. ¡Hola!
    te ha quedado una reseña preciosa que transmite mucho, como siempre. Que libro tan bueno y hechizante nos descubrió Rosa en su blog ¿verdad?
    Lo hemos comentado, lo hemos disfrutado a partes iguales. Maravillosa lectura que me ha encantado compartir contigo
    Yo creo que Prue se va a quedar en nuestra cabeza por siempre, es de esos personajes que perduran y recordamos, muy especial y que a ambas nos recordó a Mary de El color de la leche, tan joven, ingenua, tierna
    ¡A por más lecturas juntas!!!
    Mil besos!

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