La malnacida - Beatrice Salvioni

Acerca de la autora

Beatrice Salvioni (Monza, 1995) es graduada en filología moderna por la Universidad Católica de Milán. Fue alumna de la escuela de escritura Holden de Turín y ganó el Premio Calvino 2021 por su relato "Il volo notturno delle lingue mozzate ". También es ganadora del Premio Raduga 2021. La malnacida (Lumen, 2023) es su primera novela.

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Fuente: penguinlibros.com

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Mis impresiones

Llegué a esta novela sin saber nada de ella ni de la autora, su título y su cubierta me atraparon, pensé que debía leer La malnacida, la mirada de esa chica me retaba.

La novela está ambientada en Monza, ciudad natal de la autora, situada en el norte de Italia a pocos kilómetros de Milán y nos traslada a marzo de 1936, en esa época oscura del Fascismo. 

La llamaban la Malnacida y no le gustaba a nadie.

Pronunciar su nombre traía mala suerte. Era una bruja, de esas que le pegaban a una el aliento de la muerte. Tenía el demonio dentro y yo no debía hablar con ella.

Francesca se siente atraída por la Malnacida y sus dos amigos, Filippo y Matteo, los ve caminar descalzos a orilla del Lambro, con las rodillas desolladas, las piernas arañadas y cubiertas de barro, jugando y persiguiendo gatos y lagartijas, y sueña con unirse a la pandilla, con convertirse en amiga de la Malnacida. 

Ese aire de quien "no le teme a nada" la seduce, la cautiva, la deslumbra.

La Malnacida estaba detrás de mí, (...). 

Se me cortó la respiración y la tierra perdió de repente firmeza. Nunca habíamos estado tan cerca.

Sin embargo, todo cambió aquel día de junio en que, con miedo a morir, me tragué el hueso de la cereza y miré a la Malnacida.

Era la primera vez que alguien me miraba a los ojos y parecía decir: «Te he elegido».

Cuando hablaban de ella se santiguaban los labios o hacían un gesto de fastidio con la mano, como si ahuyentaran una avispa o tuvieran miedo; los adultos hablaban de una chiquilla en edad de ir a la escuela igual que si fuera una enfermedad grave o uno de esos hierros oxidados que infectan las heridas, provocan fiebre y causan la muerte.

Francesca va más allá de los prejuicios y no cree lo que dice la gente, ama a su amiga y gracias a ella aprende a hacerse valer. Abre los ojos al mundo que la rodea, descubriendo que la moralidad de su entorno burgués solo sirve a las apariencias. Poco a poco busca la libertad, escapando de los grilletes de su familia, obligada a someterse al fascismo, para seguir existiendo profesional y socialmente. 

Se libra de la indolencia que le inflige su madre para pensar y actuar por sí misma. 

Comete errores, crece, aprende.

La Malnacida es su amiga sagrada, su hermana del alma, su heroína, el modelo a seguir.

Ser mayor, ser mujer, quizá fuera eso. No era sangrar una vez al mes, ni los comentarios masculinos o la ropa bonita. Era cruzar la mirada con un hombre que te decía «Eres mía» y responderle: «Yo no soy de nadie».