Una historia oscura, feroz e inquietante, difícil de
digerir y que desgarra el alma.
Sinopsis oficial
Hasta ahora, Yeonghye ha sido la esposa diligente y discreta que su marido
siempre ha deseado. Sin ningún atractivo especial ni ningún defecto en
particular, cumple los requisitos necesarios para que su matrimonio funcione
sin sobresaltos. Todo cambia cuando unas pesadillas brutales y sanguinarias
empiezan a despertarla por las noches, y siente la imperiosa necesidad de
deshacerse de toda la carne del frigorífico. A partir de ese momento, Yeonghye
impondrá en casa una dieta exclusivamente vegetariana que su marido aceptará
entre atónito y molesto. Este será un primer acto subversivo seguido de muchos
otros que la llevarán a la búsqueda de una existencia más pura y despojada,
más cercana a la vida vegetal, un lugar donde el poder erótico y floral de su
cuerpo romperá las estrictas costumbres de una sociedad patriarcal y
ultracapitalista.
Ficha técnica del libro leído
Título: La vegetariana
Autor (es): Han Kang
Editorial: RANDOM HOUSE
Fecha publicación: 06/2024
Formato: eBook
Páginas: 168
Acerca de la autora
Han Kang
(Gwangju, Corea del Sur, 1970), ganadora del Premio Nobel de Literatura
2024, empezó su carrera como novelista al ganar el concurso literario de
primavera Seúl Shinmun en 1994. Es autora de La vegetariana (Random
House, 2024; Premio Booker Internacional 2016),
La clase de griego (Random House, 2023), Actos humanos (Premio
Manhae de Literatura de Corea y Premio Malaparte en Italia en 2017),
Blanco (finalista del Premio Booker Internacional 2018) e
Imposible decir adiós (Random House, 2024; Premio Médicis Extranjero
2023). La autora ha recibido también el Premio Yi Sang, el Premio Artista
Joven del Año, el 25.º Premio de Novela Coreana, el Premio de Literatura
Hwang Sun-won y el Premio de Literatura Dong Ri. Ha trabajado como profesora
en el departamento de Escritura Creativa del Instituto de las Artes de Seúl
hasta 2018 y en la actualidad se dedica por completo a la escritura. Su obra
ha sido publicada en más de treinta idiomas.
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Fuente: penguinlibros.com
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Mis impresiones
Una autora que no conocía de nada, de repente el pasado 10 de octubre la
Academia Sueca anuncia a Han Kang como la ganadora del Premio Nobel de
Literatura 2024, y mi curiosidad se activa al instante, primera escritora
surcoreana que recibe este importante galardón.
Por las redes se habla de su obra maestra "La vegetariana", la trama llama mi atención y me impulsa a querer leerla. Una historia impactante, cruda, por momentos violenta, un cuento oscuro que mezcla
lo sublime y lo grotesco, la belleza de las flores y el olor acre de la
sangre.
Una novela que he leído junto con mi gran amiga Marian de
MarianLEEmásLIBROS, como lectura conjunta de nuestro
Club de lectura MavaMar.
Por si te apetece leerla, AQUÍ tienes su reseña, te la recomiendo, no
tiene desperdicio.
Desde las primeras páginas, me sorprende y me mantiene cautivada esa
sensación de estar en un mundo donde vacilaciones y miedos, alucinaciones, angustias y visiones oníricas parecen surgir con
naturalidad de una trama peculiar, a menudo compleja y contradictoria.
La voz de la protagonista,
Yeonghye, que
tras una terrible pesadilla decide dejar de comer, cocinar y servir
carne, nos llega de forma distorsionada y fragmentada ya que su historia
está contada desde el punto de vista de los demás personajes,
su marido,
su cuñado y
finalmente su hermana mayor,
Kim Inhye.
Una novela dividida en tres partes: La vegetariana, La mancha mongólica y Los árboles en llamas, cada una de las cuales habla de Yeonghye en un momento distinto de su transformación y desde un punto de vista diferente.
Antes de que mi mujer se hiciera vegetariana, nunca pensé que fuera una persona especial. Para ser franco, ni siquiera me atrajo cuando la vi por primera vez. [...] Si me casé con ella fue porque, así como no parecía tener ningún atractivo especial, tampoco parecía tener ningún defecto en particular.
Seúl, una casa, un matrimonio, y un marido como narrador en primera
persona, el primero en observar el cambio en Yeonghye. El suyo no es
un matrimonio feliz, al contrario, una relación por conveniencia, sin
hijos y sin pasión, la protagonista es una mujer silenciosa, discreta,
sumisa, pero "peligrosamente" lectora.
Una mujer que está acostumbrada a recibir órdenes y a obedecer,
primero a un padre, tiránico y violento, y luego a un marido,
mediocre, cínico, baboso. Un hombre cuyo mundo está hecho solo de
cosas materiales, comida, sexo, dinero, y sus relaciones humanas solo
siguen reglas dictadas por la decencia y la conveniencia, nunca por el
afecto.
Un marido que reconoce haberla escogido precisamente por ser
insignificante, que la considera poco más que un objeto, una compañera
lo suficientemente inofensiva como para servirle toda su vida, y que
una mañana descubre que la mujer que cree conocer, empieza a
comportarse de forma extraña, vaciando por completo la despensa y el
frigorífico y desechando todo lo que puede tener origen animal.
Crucé un arroyo congelado y descubrí un edificio iluminado que parecía un granero. Entré apartando una cortina de arpillera y los vi. Eran cientos de enormes y rojos bultos de carne que colgaban de unos maderos. De algunos de ellos caían gotas de sangre todavía fresca. Me abrí paso apartando los incontables trozos de carne, pero la puerta de salida del fondo no aparecía. La ropa blanca que llevaba puesta se me empapó por completo de sangre. [...] Tenía también las manos manchadas de sangre. Y la boca. Había comido los pedazos de carne caídos en el suelo de ese granero. Me había embadurnado las encías y el paladar con la sangre roja de esa blanda carne cruda. Mis ojos, que se reflejaban en los charcos de sangre, centelleaban.
“—He tenido un sueño…” le dice a su marido, tratando de explicarle el motivo de esa repentina elección, un sueño sombrío y
grotesco que mancha su vida de sangre, una sensación de pánico, de
ansiedad, como un peso en el pecho que le impide respirar, una
pesadilla atroz y prolongada que se extiende por su imaginación y no
le deja escapatoria.
Y a partir de esto nada vuelve a ser igual que antes, el vínculo con
las personas que la rodean comienza a resquebrajarse, hasta provocar
grietas irreparables.
Yeonghye entra progresivamente en un vórtice de renuncia, abulia y
aislamiento social, tampoco quiere tener relaciones sexuales con su
marido porque "su cuerpo huele a carne", habla poco, reduce cada vez
más sus raciones de comida, mientras su cuerpo se vuelve día tras día
más evanescente.
Mirada con desprecio por su inepto marido y por su tradicionalista
familia, que no acepta su negación a comer carne, y obligada, en una
reunión familiar, por su abusivo padre a tragar por la fuerza un trozo
de cerdo, Yeonghye reacciona de manera extrema y a partir de ese
momento el terror a la carne se convertirá poco a poco en el rechazo a
la comida sin más.
Su voz era como una pluma, pues no tenía ningún peso. No musitaba las palabras ni hablaba con voz ausente como una enferma, pero tampoco tenía un tono jovial o alegre. Era la voz desapasionada de alguien que no pertenecía a ningún lugar y se encontraba en los lindes de la vida.
En la segunda parte la narración cambia de registro, pasando de la
primera a la tercera persona, y esta vez el punto de vista es el de
su cuñado, el marido de su hermana Inhye, la cual con su bien
establecida tienda de cosméticos, mantiene a su familia, mientras él
se dedica al arte.
Un artista del videoarte, inquieto, introvertido, con una extrema
veleidad en su autoestima, siempre exhausto y casi ausente de la
vida familiar.
Entre ambos se establece una relación llena de tensión, envuelta en
la magia del deseo, lo que confiere a la historia una dimensión que
oscila entre la fantasía onírica y el erotismo.
Él, cautivado por el poder simbólico de esa acción rebelde de su
cuñada de no comer carne, se ve arrastrado por un torbellino de
erotismo artístico y cree ver algo místico en esa apatía de
Yeonghye, el mismo silencio impactante de las flores y las plantas,
de la naturaleza en su manifestación más oscura.
Ella, en cambio, parece renacer cuando posa desnuda mientras él pinta flores suaves y
redondas en todo su cuerpo.
Los rayos de luz, la atmósfera y los movimientos de Yeonghye destilaban un magnetismo que cortaba la respiración. Pensó durante un momento qué música le pondría de fondo, pero concluyó que era preferible un silencio semejante al vacío. La suave cadencia de su cuerpo, las flores abiertas cubriendo la piel desnuda y la mancha mongólica creaban una armonía silenciosa que evocaba lo esencial y lo eterno.
Obsesionado por esa mancha mongólica en la nalga izquierda de
Yeonghye, esa marca de nacimiento de color verdoso que fomenta sus
fantasías sexuales y artísticas, el cuerpo de la protagonista se
convierte en vehículo de transfiguración interna para el artista que
cree haber recobrado su vena creativa, ese impulso vital que ya no
recordaba tener para producir sus vídeos.
Él le acarició la mancha con la mano que tenía abrazada a su cintura. Pensó que le gustaría compartir esa mancha semejante a un sello. «Me gustaría devorarte, derretirte y hacer que circules por mis venas».
Pero los sucesos se salen de control y la metamorfosis de Yeonghye
llega a su punto de inflexión final.
La tercera parte está contada igualmente en tercera persona, el punto de
vista es el de Inhye, la hermana mayor de Yeonghye, y representa el epílogo de una
historia que es el descenso al infierno de la protagonista que ha decidido
abandonarse a sí misma, a su vida y a su razón, perdiéndose en lugares
extraños a la mente, de los que es imposible volver atrás...
Tu propio cuerpo es lo único a lo que puedes hacer daño. Es lo único con lo que puedes hacer lo que quieras. Pero ni eso te dejan hacer.
Con una prosa esencial, lírica y punzante, que hace de su minimalismo su elegancia, llena de metáforas visuales que crean
atmósferas oníricas y sensuales, Han Kang nos obsequia una historia de
contrastes, breve pero intensa y rica en significado, una novela hipnótica que turba, genera preguntas, emociones y reflexiones
profundas.
¿Qué impulsa a Yeonghye hacia ese deseo de mutación?
¿Es locura o es el dolor provocado por las imposiciones y abusos de su
padre y de su marido lo que la lleva a decidir rebelarse a través del
cuerpo, único territorio en el que puede ser libre?
(Inhye) En silencio, respira profundamente. Mira con fiereza los árboles que arden a la vera del camino, mira las verdes llamas que se agitan como incontables bestias en pie. Como si esperara una respuesta, o como si la reclamara, su mirada es sombría y tenaz.
Una novela feroz, difícil de olvidar e inquietante por la fuerza de los episodios
representados.
Un conjunto de sensaciones y de imágenes siguen permaneciendo conmigo aún después de su lectura... una historia convincente y quizás también necesaria, pero puede resultar incómoda para algunos lectores.
Valoración
4/5
☕☕☕☕
Una historia tan cruda como profundamente poética.
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