2024: un año de estupendas lecturas compartidas, disfrutadas y debatidas en
inmejorable compañía.
Como ya es costumbre del blog, abro paso al nuevo año con mi resumen
literario del 2024.
Un año que me ha brindado libros inolvidables y autores maravillosos,
sumergiéndome en historias increíbles que me han hecho viajar a mundos
fascinantes sin moverme de mi sillón, historias muy especiales por cómo se narraron y por su contenido, que me han permitido soñar y me han dejado con sentimientos a flor de piel.
Análisis y reflexiones
Los libros son mi refugio, mi inspiración, mi diversión... y por eso no
acostumbro ponerle cifras a esos momentos invaluables que me proporcionan.
Como ya sabes, los numeritos que verás a continuación son solo una manera de
ordenar y apreciar mi realidad lectora del pasado año.
35 Libros
estimados
35 Libros leídos
En el año he leído 35 libros, cumpliendo con lo estimado para la fecha,
cantidad que además se ha mantenido invariable desde el 2023.
Como dato curioso, el libro más corto ha sido Pura pasión de Annie Ernaux y
el más largo,
La ciudad y sus muros inciertos de Haruki Murakami.
Y aún cuando se dice que la lectura es una afición solitaria, para mi el
2024 ha sido el año de las
lecturas conjuntas, una experiencia maravillosa que esta vez he compartido no solo con mi
amiga Marian de
MarianLEEmásLIBROS, sino también con mi amiga Rosa de
Cuéntame una historia. Otra idea alimentada por la amistad, que vio la luz el pasado mes de
octubre y a la que hemos llamado
Debate a tres. Tres lectoras apasionadas con gustos bastantes similares y con el respeto
por la individualidad y por las diferencias que a veces están presente.
Por otra parte, el
Club de lectura MavaMar
cumplió en abril su primer añito, es increíble lo rápido que pasa el
tiempo cuando lo que estás haciendo te gusta y te llena el alma.
¡Gracias Marian! Por enseñarme el arte de leer en compañía, esa
asociación de la lectura con el afecto. El arte de compartir ese amor
por los libros y discutir, a la sombra virtual de un buen café y una
pantalla de ordenador, esas novelas entrañables, geniales y a veces
divertidas que siempre nos acompañan. No cabe duda de que compartir lecturas, disfrutarlas y comentarlas con
entusiasmo, compañerismo y complicidad, añade nuevas dimensiones a lo
leído.
• Libros que me han gustado
No ha sido fácil seleccionar solo algunos de ellos, son muchos los que me
han encantado, no solo por su contenido, si no también por la voz, el tono
y la forma de narrar del autor.
Valoro los libros que cuentan historias intimistas, esos momentos de vida
cotidiana que hurgan en nuestro interior, en el mundo de los secretos y
miedos ocultos, y nos dejan impresionados. Esas historias que
remueven conciencias, que sacan a la luz el lado más oscuro de las
personas, invitando siempre a reflexionar.
Considero que también el 2024 ha sido un año lector muy bueno, con muchas
historias intensas y de calidad. Y estos son algunos de los libros que me
han inspirado, emocionado y transformado de algún modo:
El orden es aleatorio. Haciendo clic en la cubierta de cada libro puedes
leer mis impresiones, por si te apetece saber de que va cada obra.
• Autores
Para gustos, colores, y también estilos y formas de escribir.
Los descubrimientos literarios se han vuelto una parte esencial de mi
experiencia lectora, me gusta aventurarme y no temo salir de mi lugar de
confort, dejar a un lado mis autores favoritos, explorar nuevos mundos
pagina tras página y viajar a través de las palabras de escritores
distintos.
La riqueza suele abundar en la diversidad, así que bien merece la pena
estar abierta a experimentarla, muchas veces la magia ocurre y termino
agregando nuevas voces a mis favoritas.
Participar por quinto año consecutivo en el Reto Autores de la A a la Z, organizado por Marisa de Lecturápolis, también me ha ayudado en la estimulante odisea de descubrir nuevos
autores, uno de mis pequeños grandes placeres. Qué pena que para este 2025 no haya reto, echaré mucho de menos "enredar
mis lecturas con las letras del abecedario".
Nunca planifico con anticipación mis lecturas, a veces ni siquiera
elijo, dejo que los libros me encuentren y me sorprendan. Tampoco tomo
en cuenta el sexo del autor, y con asombro veo que este año las autoras
ganan por tremenda goleada a los autores. Hecho que ha venido
ocurriendo también en años anteriores, pero no con semejante diferencia.
Así que celebro mi fascinación por descubrir el mundo a través de la
mirada femenina, pues sin premeditarlo, la mayoría de los libros que leo
suelen estar escritos por autoras.
Como ya es costumbre en este blog, también este año culminado ha
estado marcado por el compromiso personal de dar visibilidad a la
literatura de habla hispana, de modo que, del total de libros
leídos, 11 han sido escritos por autores españoles y 2 por
hispanoamericanos (Colombia y Argentina).
En el segundo lugar se ha posicionado Japón con 7 obras. Reino Unido
con 4 libros y Estados Unidos con 3 se encuentran en el tercero y
cuarto puesto respectivamente. Mientras que en el quinto lugar, con
2 obras cada uno, están Korea, Bélgica y Francia; y en el sexto y
último puesto, con 1 obra por país, se ubican Alemania y Noruega.
Con placer he notado que aunque despacio, voy acercándome a la
literatura asiática, adentrándome poco a poco en ese vasto y
maravilloso mundo. Reconozco que en años anteriores solía recibir
poca atención de mi parte, pues sus libros cuentan con un estilo y
unas temáticas que distan de aquello a lo que estaba acostumbrada
como lectora de literatura occidental.
Este año, 9 de los libros leídos corresponden a autores japoneses y
coreanos, falta muchísimo por recorrer, lo sé, y aún quedan países
por descubrir, pero el primer paso tal vez es el más importante y la
magia está en disfrutar el camino.
• Géneros literarios
Y en cuanto a géneros leídos, el gráfico pone a la vista mi zona
de confort, expresando claramente mi inclinación hacia las obras
de ficción moderna y contemporánea, así como hacia las novelas
negras (intriga, suspenso y misterio).
• Viajes literarios
¡Leer y viajar, dos de mis grandes pasiones!
Y el 2024 ha sido un año de viajes estupendos, porque viajar
también se logra leyendo. Sin moverme de mi sofá y sin las
largas colas en el aeropuerto, desde la quietud de mi hogar he
recorrido el mundo sin límite de tiempo, devorando páginas y
dejando fluir mi imaginación, descubriendo sin prisa otros
lugares, otras ciudades, otros países.
Enero me pilló montada en un velero, surcando cual aventurera la
costa de Fornells. Con
Jacobo Bergareche (📖
Las despedidas) conocí Menorca, toda una experiencia
ligada a un paisaje de aguas turquesas y a la explosión de color
del entorno.
Volví a Tenerife con Elisenda Hernández Janés
(📖 Canción de despedida). "La isla de la eterna
primavera", desde el norte hasta el sur, una rica vivencia de
sol, playas, puertos y paisajes sobrecogedores.
¡Madrid tiene mil caras! Regresar a ella de la mano de Alana S. Portero (📖 La mala costumbre) fue toda una emoción. Ciudad diversa, despierta a todas horas, sus barrios son la prueba latente de esa diversidad que en ella reina. Su cara más ardiente me la mostró Beatriz Serrano (📖 El descontento), con ella surfeé, meses después, las olas del calor capitalino.
El País Vasco me sorprendió por sus contrastes, Ortuella me
llenó de tristeza y con Fernando Aramburu
(📖 El niño) conocí la manera de ser del pueblo vasco,
su adustez, su fortaleza de carácter y de espíritu. Junto
a Karmele Jaio (📖
Amor capital) me embarqué en otro viaje íntimo y
emocional por lo que se oculta detrás de nuestra forma de
amar.
Italia, el verano, las vacaciones y una casa en el campo,
cerca del río, próxima al pueblo y fuera del ruido de la
ciudad. Un viaje de la mano de
Paula Ducay (📖
La ternura) que me permitió relajarme y recargar las
pilas.
Romántica, bohemia, fotogénica... París tiene ese "je ne se
quois" que enamora, pero no todo es luz en "la Ciudad de la
Luz". Con
Delphine de Vigan (📖
Las lealtades) me adentré en las penumbras de una
sociedad que mira hacia otro lado, ante las violencias
soterradas, callando y ocultando secretos por miedo de
quebrantar lealtades. Mientras
Annie Ernaux (📖
Pura pasión) me sumergió de lleno en un París
efervescente de pasión irracional y obsesión sexual furtiva.
Junto a
Amélie Nothomb (📖
Los aerostatos) recorrí Bruselas en un moderno tranvía,
sus jardines, sus edificaciones y sus distintos museos. El
Bosque de Soignes me reveló los secretos de la Bélgica más
verde, en tanto que,
Adeline Dieudonné (📖
La vida verdadera) me llevó a la Demo, un barrio
suburbano sin alma, rodeado por el bosque de los Colgaditos.
Conocer el norte de Alemania fue toda una experiencia. En un
viejo Nissan y con
Elena Fisher (📖
Paradise Garden) recorrí bellos parajes y pueblos
costeros, hasta llegar en ferry a ese islote con encanto
rodeado por el Mar del Norte.
Gøhril Gabrielsen (📖
La hermana del desván) en cambio me mostró que la
naturaleza en el norte de Noruega no tiene límites. Una
aventura impactante, apenas vi poblaciones, tan solo algunas
casas aisladas con fachadas pintadas de colores.
Gracias a la magia oculta de la lectura, me zambullí en la
Inglaterra del pasado.
Mary Webb (📖
Precioso veneno) me transportó a los bucólicos valles
de Shropshire de principios del siglo XIX, a esa época en la
que las comunidades rurales vivían inmersas en el folclore, el
fanatismo religioso y la superstición. Junto a
Nell Leyshon (📖
Del color de la leche) viví al compás de los ritmos de
la naturaleza, de las labores que se realizan en una granja,
ordeñar, arar, sembrar y cosechar de sol a sol. Con
Kate Thompson (📖
La biblioteca de las lectoras valientes) aterricé en el
barrio East End de Londres, en plena Segunda Guerra Mundial. Y
en la estación de metro de Bethnal Green, me acogió una
biblioteca muy peculiar, mientras las bombas seguían cayendo
en el exterior.
Crucé el charco con
María del Mar Ramón (📖
Todo muere salvo el mar) y descubrí La Perlita, una
isla perdida entre las aguas cristalinas del Mar Caribe. Un
refugio tropical de impresionante belleza que deleitó mi vista
y calmó mi alma.
Volé hasta Buenos Aires en compañía de
Claudia Piñeiro (📖
Una suerte pequeña), una estadía difícil en el barrio
inglés de Temperley, con sus construcciones icónicas, el
colegio Saint Peter y la estación de ferrocarril. Regresar a
Boston fue todo un alivio. Amé sus edificios modernos que
contrastan con las elegantes casas de otro siglo, sus calles y
sus parques llenos de estudiantes y de ardillas.
Con
Joyce Carol Oates (📖
48 pistas sobre la desaparición de mi hermana) conocí
Aurora, un pequeño pueblo con un encanto único, ubicado en
la costa este del lago Cayuga, en el norte del estado de
Nueva York.
Tiffany McDaniel (📖
En el lado salvaje) me llevó a Chillicothe, en el sur
de Ohio, en las pintorescas estribaciones de la región de
los Apalaches. Un pueblo que vive a la sombra de una fábrica
de papel y crece a lo largo de un inmenso río.
Y Shelley Read (📖
Como si fuera un río) me transportó a los años 50, a
la ciudad extinta de Iola, en medio de la belleza agreste
del Oeste americano, entre las imponentes montañas Elk de
Colorado, el torrencial río Gunnison y los olorosos frutos
del melocotonar.
Los destinos asiáticos estuvieron muy presente en el 2024,
disfruté mucho descubriendo el encanto y la riqueza
cultural de Asia Oriental.
De la mano de
Won-Pyung Sohn (📖
Almendra) y
Han Kang (📖
La vegetariana) visité Corea del Sur, un país
desconocido con una historia milenaria que convive con la
modernidad y la tecnología. Fueron viajes duros y
difíciles, de autodescubrimiento y crecimiento personal
que rezumaron diferentes aspectos de la sociedad y la
cultura coreana contemporánea, sus tradiciones,
costumbres, prejuicios y contradicciones.
En cambio
Yôko Ogawa (📖
El embarazo de mi hermana) y
Aki Shimazaki (📖
Pentalogía "La sombra del cardo") me abrieron una
ventana a Japón, transportándome a su alma y mostrándome
su esencia con sus contrastes y tradiciones ancestrales.
Japón no me dejó indiferente, Nagoya, Kanazawa, Maibara,
la isla de Sado, un fascinante recorrido por lugares
llenos de encanto, por su gastronomía y su singular
cultura.
Mientras que con
Haruki Murakami (📖
La ciudad y sus muros inciertos) crucé varias veces
la fragilidad de la frontera entre lo real y lo
fantástico. Viví en una ciudad amurallada, tan enigmática
como lejana, me adentré en un bosque, bajé a un pozo,
paseé por un sueño y por una biblioteca muy, pero muy
peculiar.
Un año de maravillosas aventuras que vieron su fin en
España. A pocos kilómetros de Valencia,
Carmen Amoraga (📖
La memoria infiel) me mostró Miraval, en la
realidad, Picanya, su pueblo natal, un mundo pequeño donde
todos se conocen y comparten secretos. Mientras que con
Irene Cuevas (📖
Un momento de ternura y de piedad) comí galletas y
bebí leche con Nesquik en una casa remolque, como en un
pintoresco y extravagante cuento de Navidad.
Propósitos y conclusiones
Me siento agradecida por este estupendo año lector, por
tantas historias maravillosas compartidas al calor de la
amistad y por todos esos viajes que me han llevado a
recorrer el mundo.
Comenzar un nuevo año siempre nos llena de ilusiones y
promesas, y es que cada día nos obsequia una nueva
oportunidad para crecer, aprender y avanzar.
Soy gran aficionada a la lectura, pero también a esa
sensación de explorar lugares diferentes. Así que con
inmensa alegría continuaré combinando estas dos pasiones
que me llevarán de nuevo a viajar por los distintos
continentes, al tiempo que disfrutaré del encanto de
fascinantes historias.
Este año "paso de los retos", leeré sin ninguna
presión, por gusto, interés y diversión.
No pido leer más, si no disfrutar con todo lo que leo,
descubrir plumas, géneros y títulos que no conocía.
Como siempre, los autores españoles e
hispanoamericanos tendrán un lugar privilegiado en mi
corazón.
Desde luego, seguiré compartiendo con Marian y con Rosa el placer
de las lecturas conjuntas, espero que unidas
disfrutemos de experiencias inolvidables en compañía
de buenos libros y bonitas prosas.
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